Nacido en Berlín el 24 de enero de 1712, es el tercer rey de Prusia. Conocido como el "Rey Filósofo", tras suceder en el gobierno a su padre Federico Guillermo I (1740) convirtió al tradicional estado ducal de los Hohenzollern en una de las más fuertes potencias europeas. Tras tomar el trono, la sucesión en Austria le hace cambiar la tradicional política de alianza con los Habsburgo por una política de enfrentamiento. Así, se alía con Francia en contra de la emperatriz María Teresa y obliga a ésta a reconocer la anexión de Silesia por parte de Prusia. Esta conquista procura a Prusia el control sobre una región económicamente poderosa, con 25.000 km2 y 125.000 habitantes. La paz de Dresde, en 1745, por la que Prusia anexiona Silesia, procura además al país y a Federico II un período de 10 años de paz, en los que puede reorganizar la administración y el gobierno. Sus reformas políticas se encaminan a crear nuevos ministerios e impulsar la economía, cuestión prioritaria tras una larga etapa de guerras. En agricultura, dedica sus esfuerzos a modernizar las técnicas y organizar la producción, para lo que contacta con fisiócratas, selecciona las razas animales y discute con Voltaire sobre la calidad de los abonos. La desecación del curso inferior del Oder hace ganar a Prusia nuevos y fértiles territorios de cultivo. En otro ámbito de actuación, prepara a su ejército para los posibles conflictos que se puedan plantear en el futuro. Consciente de que la paz de Aquisgrán, en 1748, es tan sólo un paréntesis de tranquilidad en las relaciones europeas, reorganiza el ejército y le dota de estructuras modernas, formando una tropa de 150.000 hombres que convierte a Prusia en el país militarmente más preparado de su época. Austria no se resigna a la pérdida de Silesia, mientras que otros países temen la aparición de una nueva potencia rival en el corazón de Europa. Así, tras invadir Francia la región prusiana de Sajonia, se desencadenan las hostilidades. Participan en la coalición antiprusiana Austria, Francia, Suecia y Rusia, mientras que Federico II recibe la ayuda -débil, por otro lado- de Inglaterra. La guerra de los Siete Años, entre 1756 y 1763, costará a Prusia cuantiosas pérdidas y estará a punto de provocar el desastre. La posterior alianza con Rusia y su monarca, Catalina II, dará a Prusia un respiro y pondrá las bases de la primera repartición de Polonia, sucedida en 1772. Ejemplo del absolutismo monárquico imperante en la época, su figura ha representado tradicionalmente la política ilustrada. Sin embargo su gobierno no realizó reformas estructurales en el ámbito social ni está imbuida por las ideas políticas y reformistas de otros monarcas coetáneos. Más parece que su política estuvo dictada por el pragmatismo y la necesidad que por un proyecto de cambio y modernización de las estructuras prusianas. Como dijimos, intentó modernizar la producción agrícola aplicando las ideas fisiocráticas, si bien en la cuestión fiscal las dejó de lado. En materia industrial, siguió una radical política colbertista encaminada a proteger los productos prusianos: aranceles a los productos del exterior, exenciones de impuestos a la industria nacional, implantación de monopolios, etc. El resultado es un gran desarrollo de la industria prusiana y un fuerte incremento poblacional, que hace pasar al país de 2,5 millones de habitantes al comienzo de su gobierno a 6 millones al final. Personaje contradictorio, expone sus teorías -totalmente contrarias a su práctica- en "Anti-Maquiavelo", publicado en 1739. Su creación de una Federación de príncipes independientes demostrará su utilidad en 1785 cuando finalice la amistad con Rusia y Austria aspire a beneficiarse del debilitamiento prusiano, y preconizará el posterior papel central de Prusia en Europa a finales del siglo XIX. Federico II falleció en Sans-Souci el 17 de agosto de 1786.

Aunque de origen alemán, tuvo una excelente formación a "la francesa". Asumió el cargo de emperatriz como sucesora de su marido Pedro III, que murió en un complot en 1762 (año que Catalina tomó el poder). Por su estrategia de política interior y exterior intentó una europeización del país, y otorgó a la nobleza un puesto relevante que hasta ese momento no habían tenido. Interiormente, fracasó su intento de crear un código con las ideas de Montesquieu y vivió una contienda en 1773 con los campesinos, por la nefasta situación social que la población vivía. Esto provocó una nueva reestructuración del gobierno regente.

Exteriormente, se centró en la expansión territorial, aunque dependía de Polonia y Turquía. Se la denominó Semíram del Norte, y fue considerada como una mujer inteligente, culta, sagaz, muy hábil, apasionada y con una vida privada un tanto peculiar. Mantuvo una gran amistad y comunicación con los grandes ilustrados franceses como Diderot, Montesquieu o Voltaire

FEDERICO II
CATALINA II